Mercantilistas – Los mercaderes y el estado (Cuarta parte)

lunes, 20 de abril de 2009

Mercantilistas – Los mercaderes y el estado (Cuarta parte)

Los mercantilistas, la inflación y la teoría cuantitativa del dinero

Las minas del Nuevo Mundo y los galeones que, expuestos a los caprichos de los vientos, a las inclemencias del tiempo y a la ocasional intrusión de los piratas, transportaban los metales preciosos a la península ibérica fueron los factores que precipitaron el segundo gran acontecimiento de aquellos años, a saber, el notable ascenso de los precios. El tesoro afluía a España, en donde, conforme a la ley, debía ser acuñado, y luego seguía viaje a otros países europeos, para pagar las compulsivas operaciones militares españolas y pagar las mercancías que se importaban. Debe tenerse en cuenta que durante aquella época la guerra constituía una ocupación de capital importancia que se llevaba el grueso del gasto público. Max Weber, el gran sociólogo alemán, calculó que aproximadamente el 70 por ciento de los ingresos públicos de España y alrededor de las dos terceras partes de los ingresos de otras naciones europeas se gastaban de esa forma.

El efecto de la gran afluencia de metales preciosos fue el incremento general de los precios, manifestación inicial de la teoría cuantitativa del dinero, según la cual, dado cierto volumen de intercambio, los precios varían en proporción directa con la oferta de dinero. El incremento de los precios se inició en España y se extendió luego al resto de Europa, siguiendo el itinerario de la plata y del oro. Entre 1500 y 1600 los precios probablemente se quintuplicaron en Andalucía. En Inglaterra, si se toma como base 100 el nivel de los precios durante la segunda mitad del siglo XV, o sea, poco antes de Colón, el aumento había llegado a 250 a fines del siglo y aproximadamente a 350 durante el decenio de 1673-1682. En los últimos tiempos, para naciones como México, Brasil o Israel, una evolución similar sería considerada como un período de estabilidad monetaria. Pero en aquella época estos movimientos de precios mostraron que la existencia de una moneda metálica fuerte (el patrón oro y plata) era compatible con la inflación. La relación entre éstos y la oferta de dinero (asunto que en épocas posteriores llegaría a ocupar, de manera casi excluyente, la atención del pensamiento económico) empezó a ser un tema de los comentarios sobre economía de la época. Jean Bodin (1530-1596), al escribir en 1576 acerca de esta cuestión, cuando la importación de metales preciosos estaba en pleno auge, dijo lo siguiente: Creo que los altos precios que rigen en la actualidad son ocasionados por cuatro o cinco causas distintas. La principal, y podría decirse la única (a la que nadie se ha referido hasta ahora) es la abundancia de oro y plata. Y a continuación señaló que el monopolio era la segunda causa.

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